lunes, 15 de octubre de 2012

Las teorías tradicionales y las teorías reproductivistas



Ficha de cátedra.
Producción Prof. Susana Lerner

De cómo analiza Henry Giroux las teorías tradicionales de la educación y las teorías reproductivistas.

1-La perspectiva de las teorías educativas tradicionales

            En las teorías y las prácticas educativas tradicionales, también llamadas teorías no críticas, “las especificidades de la cultura, la ideología y el poder nunca han figurado predominantemente en su lenguaje”. “En la larga historia de la teoría de la educación ha habido un poderoso y profundo acuerdo asentado en la interpretación de la pedagogía, de las escuelas y del salón de clases en términos de su separación de poder y conocimiento, abstrayendo simultáneamente a la cultura de la política”.
            En estas teorías tradicionales, tanto las liberales como las conservadoras se han basado en la necesidad de enseñar tal o cual cosa y en hacerlo con eficiencia, siempre apoyadas por el poder político a través del discurso de la integración y el consenso utilizado como excusa y evitando de esta manera cualquier posibilidad de análisis críticos o de desacuerdos que pudieran contradecir o al menos poner en tela de juicio sus discursos hegemónicos y poner en peligro su poderío.
            “Esto llega a ser claro si se reconoce que las nociones como conflicto y lucha son minimizadas o ignoradas en el discurso tradicional de la teoría y práctica educativas”. Por ejemplo Parsons cuando trabaja sobre la escolaridad interpreta que “las escuelas son instituciones neutrales diseñadas para suministrar a los estudiantes el conocimiento y habilidades que necesitan para desempeñarse exitosamente en la sociedad”. En estas argumentaciones basó una sociología de la educación que rechazaba cuestionar la relación entre las escuelas y el orden industrial, de modo que la estructura y la ideología de la clase dominante se entendieron como aproblemáticas. Es más, presentaba a la sociedad como un todo armónico sin posibilidad de conflicto.
Siguiendo esta misma línea se mantuvo absoluto silencio “sobre cómo las escuelas podían ser influidas, determinadas y moldeadas por grupos cuyos intereses se sostenían y beneficiaban de las desigualdades políticas, económicas, raciales y de género.” Tengamos en cuenta que estas diferencias están muy arraigadas en la sociedad norteamericana, de donde proviene Giroux y a la cual analiza críticamente.
La teoría educativa tradicional no trabajó sobre los problemas que surgen de las relaciones entre la ideología, el conocimiento y el poder. La pregunta crucial, para Giroux es cómo “el poder distribuido en la sociedad funciona en combinación con el interés de que las ideologías y las formas de conocimiento específicas  sostengan las preocupaciones económicas y políticas de grupos y clases particulares”.
En las teorías educativas tradicionales se destacan las siguientes prácticas:
-la ideología no es tenida en cuenta con pretexto de que el conocimiento debe ser objetivo.
-En lugar de preocuparse por el currículum oculto y el control social la preocupación se centra en diseñar objetivos.
-Se ignora la relación entre socialización y reproducción de clase, género y desigualdades sociales.
Las escuelas son vistas como lugares donde sólo se instruye, pasando por alto que “las escuelas representan campos de contestación y lucha para los grupos diferencialmente investidos de poder cultural y económico.”
Continua nuestro autor su análisis y dice  que “ Excluyendo las mediaciones de clase y poder, la teoría educativa tradicional reduce la cultura a los así llamados estándares de la excelencia o simplemente la trata como una categoría neutral de las ciencias sociales.”

2-La perspectiva de las teorías educativas reproductivistas.

            En estas teorías la noción de cultura se define refiriéndose a procesos específicos que comprenden “relaciones antagónicas vividas entre diferentes grupos socioeconómicos con desigual acceso a los medios de poder y a una resultante desigual habilidad de producir; distribuir y legitimar sus principios compartidos y sus experiencias.”
Surge una nueva sociología de la educación  que intentó comprender como las escuelas fueron usadas en beneficio de la cultura dominante para reproducir la lógica y los valores de la sociedad existente, sin querer cambiar nada del orden injusto imperante. Buscaron comprender cómo en realidad las escuelas construyen subjetividades, producen significados y están unidas a los problemas de poder y control.
“En vez de separar el conocimiento del poder, los exponentes de esta  teoría argumentaron que el conocimiento en cualquier sociedad, escuela o sitio social, presupone y constituye relaciones de poder específicas.”
Giroux considera que esta nueva sociología de la educación (nueva en relación con la sociología de la educación de la perspectiva tradicional) no ha sido capaz de ir más allá de la formulación de teorías de la reproducción. Éstas toman el problema de cómo funcionan las escuelas en beneficio de la sociedad dominante y se enfocan en cómo “el poder es usado para mediar entre las escuelas y los intereses del capital”. Se enfocan en cómo las escuelas respondiendo a los intereses del capital utilizan sus recursos materiales e ideológicos para reproducir las relaciones sociales de desigualdad y las actitudes necesarias para sostener las divisiones sociales del trabajo que se requieren para la existencia de relaciones de producción que favorecen a los dueños del capital y perjudican a quienes sólo poseen su fuerza de trabajo. Su mayor preocupación se centra en la política y en los mecanismos de dominación que atan a las escuelas con el orden industrial y el carácter de la vida en las escuelas.
Al respecto Giroux  al hacer una crítica de estas teorías reproductivistas dice que “Extrañamente estas perspectivas no sólo han ayudado a reproducir los mecanismos de dominación que ellas mismas han atacado sino que también han ignorado aquellos espacios ideológicos y culturales que hablan de resistencia y de la promesa de una pedagogía transformadora.”

Bibliografía:
Giroux, H. (1992) Teoría y resistencia en educación, Méjico, Siglo XXI editores.
Nota: Los encomillados son citas de autoridad de la bibliografía utilizada.