miércoles, 14 de junio de 2023

 

Las Mujeres Ilustradas del Siglo XVIII

Profesora Susana Lerner

Introducción

 

Cuando  nuestro interés es aproximarnos a la Historia y Prospectiva de la Educación, disponemos de una importante cantidad de ángulos donde posicionarnos. Uno de ellos es desde el ejercicio de la profesión docente y allí, claramente surge la Mujer, puesto que ésta es una actividad ejercida mayoritariamente por Ellas.

Los intelectuales que a partir del siglo XVI se han ocupado de la descripción, el análisis y la reflexión sobre la enseñanza, si bien pertenecieron al género masculino (Comenio, Rousseau, Pestalozzi, Herbart entre otros) le han reconocido a la Mujer un lugar protagónico en la crianza de niñas y niños, que fue definida como la primer etapa de la educación de la especie humana. Este reconocimiento, que lleva implícito a su vez, importantes negaciones para las mujeres, es propio de una época en que las mujeres estaban confinadas al mundo privado de lo doméstico y ellas  aceptaron ¿aceptaron? ese lugar.  En adelante veremos que no fue una actitud  asumida con la conformidad de la totalidad del universo femenino.

 Sin embargo cuando los Estados Nacionales comienzan a organizar sus Sistemas Educativos, en el caso de Argentina surgió la necesidad de recurrir a las mujeres, por razones que no vamos a discutir en estas páginas, pero resultó la oportunidad de darle apertura al mundo femenino, permitiéndole trascender la cotidianidad hogareña, privada, para salir a espacios públicos, como las escuelas. En principio se trató de escuelas de primeras letras, que hoy llamamos educación primaria. 

En los dos párrafos anteriores hemos revisado a grandes – grandes-  rasgos lo ocurrido entre los siglos XVI y XIX, pero si hacemos un alto en el siglo XVIII, especialmente en la Ilustración, podremos encontrarnos con una vanguardia  de  Mujeres que desafiando  las imposiciones y los imaginarios masculinos de la época, se  destacaron  por sus niveles y actividades intelectuales. Nos encontraremos  ante el primer escenario feminista, en defensa de los derechos sociales del ¿sexo débil? Mmmm, avancemos…

Mujeres Ilustradas del Siglo XVIII

No en vano este siglo XVIII fue llamado “El Siglo de las Luces”. Como sabemos se refiere a las luces de la razón y tuvo su epicentro en Francia. Siempre que se escribe sobre esta época, se hace foco en los hombres y si nos ponemos a indagar va surgiendo una larga lista de pensadores, sabios, filósofos, políticos, escritores, artistas plásticos, miembros de la nobleza, militares, todos ellos encolumnados en el género masculino.

No obstante, si ahondamos en indagar a los famosos miembros de la Ilustración, vamos a encontrar también Mujeres Ilustradas, lo que nos deja en claro que el Siglo de las Luces se constituyó como un momento de inicio de cambios en la mentalidad de las mujeres, que comenzaron a luchar por la conquista de sus derechos y por  asumir un nuevo papel en la sociedad tratando de trascender el limitado círculo de la vida doméstica.

 

 ¡Vamos por Ellas!

Hace un tiempo, Daniel Busdygan, Doctor en Filosofía,  me obsequió un libro del cual es compilador junto con Santiago Ginnobili.[1] Entre los y las autores que forman parte de esta obra me llamó la atención un capítulo de María Jimena Solé:” Aproximaciones a las ideas centrales de la era de la Ilustración”.  Allí me encontré con este subtítulo: Mujeres Ilustradas.

¡Ah bueno!

El escrito comienza con una cita de Jaucout quien sostiene la igualdad entre el hombre y la mujer así como el descuido de la educación de las mujeres. A Jaucout, uno de los escritores de la Enciclopedia francesa, le llamó la atención el número tan grande de mujeres ilustres por su erudición y sus obras.

Claro que no todos los hombres ilustrados de los que hablamos en el primer párrafo, reconocieron esta igualdad entre ellos y las mujeres. Rousseau y Kant, entre otros, limitaron al sexo femenino al único rol de madres y esposas.

No obstante, ya en este siglo, hubo mujeres con una activa participación en diferentes ámbitos de la cultura. Algunas de ellas, organizaron y condujeron salones literarios donde las mujeres accedieron a una educación informal que ninguna otra institución educativa les ofrecía. Allí dieron sus discusiones, escribieron libros y panfletos políticos que publicaron en el Journal des Dames. Sus acciones y sus escritos se constituyeron en un aporte a la lucha contra el Absolutismo.

Estos salones, también llamados salones de conversación, eran lugares de encuentro, de reuniones mixtas, de las figuras más relevantes de la Filosofía, las ciencias y la política. Estaban regidos por mujeres. Cuando la cultura abandona las cortes y palacios y penetra en las casas particulares, los salones se convirtieron en medios difusores de la cultura entre las mujeres, que representaron la única posibilidad de aprender aquello en cuya ignorancia las habían mantenido la familia, la escuela y el convento.

 Para participar se requería de un mínimo de cultura, es decir que fueron mujeres cultivadas e inteligentes, con quienes se podía debatir y cuestionar ideas  religiosas, políticas y científicas, y a la vez capacitadas para impulsar estos debates. Entre ellas las más famosas fueron Madame Geoffrin, Julie Lespinasse y Madame du Deffand

 

¿Qué sabemos de Ellas?

Breves reseñas:

-Marie Therese Rodet de Geoffrin (1699- 1777) quien conducía el salón literario del Hotel Rambouillez, al que asistían, por ejemplo Catalina la Grande de Rusia, Gustavo III de Suecia. Ella competía (para atraer filósofos, políticos, militares, sabios, nobles y aristócratas) con Marie Anne de Vichy Chamrond, conocida como Madame du Deffand. Esta última era tía de Jeanne Julie Eleonore de Laspinasse, quien también organizó su propio salón literario.

 

-Madame du Deffand (Marie Anne  de Vichy Chamrond) (1696- 1780) fue educada en un convento benedictino de París, donde se destacó por su irreligiosidad. Se casó con el Marqués du Deffand, del cual se separó para disfrutar de una vida más libre.

Tuvo varios amantes: Felipe de Orleans; Voltaire y Charles Jean Francoise Hénault. Sin embargo, abandonó sus andanzas amorosas y se dedicó a las artes y las letras, destacándose especialmente en las discusiones filosóficas.

Escribía con un estilo vivo, mordaz y picante, lo mismo que sus conversaciones de salón. Sainte Beuve escribió sobre ella: “Madame du Deffand es junto con Voltarie, en la prosa, el estilo clásico más puro de esta época, sin exceptuar a ninguno de los grandes escritores.”

En 1749 abrió su célebre salón. Había tertulias todos los días, pero la que más atraía a toda la élite intelectual, era la de los lunes.

A los 70 años quedó ciega. Es entonces cuando su sobrina, Jeanne Julie de Lespinasse leía y copiaba las cartas que ella le dictaba. Fue así hasta que Lespinasse abrió su propio salón. Falleció el 23 de agosto de 1780 en París, dejando un importante legado en forma de correspondencia. Fue representativa del espíritu de la Ilustración francesa.

 

- Olympe de Gouges (1748-1793) Su nombre verdadero era Marie Gouze. Luego de enviudar se dedicó a la vida intelectual. Visitaba los salones literarios parisinos, donde discutía con hombres destacados.

Fue escritora, dramaturga, panfletista y filósofa política.

En 1788 publicó “Reflexiones sobre los hombres negros, mediante la cual pudo ser miembro del Club de los Amigos de los Negros. Escribió una obra teatral titulada “La esclavitud de los negros”  y montó una compañía teatral que recorrió la región de París y a la que tuvo que suspender porque no disponía de recursos económicos para sostenerla y porque esta obra fue desaprobada por los actores de la Comedia Francesa, pues ésta  dependía económicamente de la Corte de Versalles, donde muchas familias nobles se habían enriquecido con la trata de esclavos.

Después de la Revolución de 1789 su obra pudo ser representada. Pero en 1790 publicó “El mercado  de los negros”, ganándose la admiración del Abate Grégoire y del diputado girondino Brissot. Esto le valió ser encarcelada en La Bastilla pero pronto salió en libertad porque tenía amistades poderosas.

Luego de la Revolución continuó escribiendo sobre la desigualdad que padecían las mujeres y en 1792 publicó su Declaración de los derechos de la mujer y de la ciudadana.

Se opuso al asesinato de Luis XVI motivo por el cual fue acusada por los jacobinos de traición a la Revolución, como todos los diputados girondinos y fue condenada a la guillotina en 1794.

Su pensamiento merece destacarse porque todos sus trabajos fueron profundamente revolucionarios. Defendió la igualdad entre el hombre y la mujer en todos los aspectos de la vida pública y privada; la igualdad con el hombre en el derecho al voto; a hablar en público; a acceder a la vida política;  a poseer y controlar propiedades; a formar parte del ejército; el derecho a la educación; la igualdad en el ámbito familiar y eclesiástico.

La siguiente declaración, sintetiza su pensamiento: “Si la mujer pueden subir al cadalso, también se le debería reconocer el derecho se subir a la Tribuna”.

 Mary Wollstonecraft (1759- 1797) Inglesa de nacimiento, en su hogar fue testigo de los maltratos  de su padre hacia su madre. Defendiendo a su  madre comenzó a tomar conciencia de los derechos de la mujer en la sociedad.

Fue bien educada, pese a provenir de una familia empobrecida por la desidia de su padre, debiendo trabajar desde muy joven como institutriz. En estos menesteres se dio cuenta que la educación de las niñas era el principal problema de la inequidad de género. Esto la indujo a escribir un libro de literatura infantil  y en 1789 escribió “Reflexiones sobre la educación de las niñas.”

Su pensamiento respecto de que ambos sexos deben tratarse como seres racionales, fue muy avanzado para la época.

Tuvo dos parejas, pero nunca se casó. Tuvo una hija con cada pareja.

La escritora española María Tausiet, reflexionando en 2022, sobre la soledad femenina en el siglo XVIII, afirmaba que la soltería o la viudez, eran percibidas como fracaso. Sin embargo, al analizar Tausiet el pensamiento de Wollstonecraft descubre que ella, hacia 1792 contrariamente, llamaba la atención sobre la necesidad de la soledad para las mujeres, considerando que rara vez las mujeres están solas por completo, siendo la soledad y la reflexión necesarias para dar a los deseos la fuerza de las pasiones.

 Wollstonecraft fue autora de varias novelas y de dos ensayos: Vindicación de los derechos del hombre en 1790 y Vindicación de los derechos de la mujer en 1792.En esta última obra afirmó que las mujeres son tan racionales como los hombres; denunció que las diferencias entre los sexos se basaban en un sistema falso de educación; rechazó la postura de Rousseau sobre la capacidad de ser seductoras de las mujeres, idea que el autor desarrolló con respecto a la educación de Sofía, quien será esposa de su Emilio)

En las propias palabras de Wollstonecraft : “La mayoría de las mujeres ,de su siglo,  sólo ansían inspirar amor , cuando debieran albergar una ambición más noble y exigir respeto por sus capacidades y virtudes”

Al respecto destaca en su obra que el estado pasivo de degradación e infantilización de la mayoría de las mujeres tendría que ver fundamentalmente con su búsqueda de aprecio y amor- llámese sumisión- en vez de respeto; con su general incapacidad para pretender ser algo más que el objeto del deseo masculino; con la falta de una educación enfocada a cultivar  la propia sensibilidad – llámese identidad- a través de la autoestima.

En 1792 viajó a Francia (donde tuvo una hija con su pareja, Goldin) y fue aguda observadora del proceso revolucionario iniciado en 1789.

En 1794 publicó “Una visión histórica y moral del origen de la Revolución Francesa”

Goldin, su última pareja fue quien publicó las memorias póstumas de Wollstonecraft. Con el tiempo fue reconocida como la pionera de la filosofía feminista y por ende madre del movimiento feminista.

 No sólo en París.

En Alemania, por ejemplo, en este  Siglo XVIII nos encontramos con Elisabeth Reimarus (1735- 1805)  quien no se quiso casar y en cambio organizó en su casa de Hamburgo un centro de cultura. Fue traductora, escribió cartas que demuestran  su habilidades diplomáticas y una profunda comprensión de los trasfondos ético-políticos del proyecto ilustrado.

También hubo ilustradas españolas como la Duquesa de Alba, la Condesa de Chinchón, la Marquesa de Villafranca y la Duquesa de Osuna.

 Nota final: Con estas mujeres no se agotan las luchadoras en defensa de la igualdad de género, pero demuestran que en la Ilustración a pesar de las burlas, las críticas y el pretendido desprestigio de que fueron objeto por parte de personajes defensores de la masculinidad, las mujeres supieron hacerse un lugar para participar de la vida intelectual, literaria y política.

¡La lucha continúa!

 

Bibliografía.

 -Solé, M.J. (2007) Aproximación a las ideas centrales de la era de la Ilustración. En Busdygan, D. y Ginnobili, S. (comp.) Ideas y perspectivas filosóficas, Editorial UNQ

-De Puelles Benítez, M. (1993) Estado y Educación en las sociedades europeas, en Revista Iberoamericana de Educación Nº 1, OEI

-https: // Wikipedia.org/wiki/ Madame_du_ Deffand

-https: // mujeresbacanas.com/Mary Wollstonecraft 1795-1797

-www.mareditor.com/narrativa/Mujeres en la Historia 3.html

-https//www. Infobae.com/cultura/2022/07/11/una historia-de-la- sociedad-femenina-entre-los –prejuicios-el-estigma-de-la soltería- y- el-infantilismo

 

 

 



[1] Busdygan, D. Ginnobili, S. (compiladores) (2017) Ideas y Perspectivas filosóficas, Quilmes, Ed. UNQ